La guerra de Portugal con Castilla y Aragón se quiso remediar concertando una boda de Pedro I, hijo de Alfonso IV de Portugal con Constanza de Castilla que era hija de Juan Manuel II, descendiente de Alfonso X y la infanta Constancia de Aragón. La boda se preparó por poderes como era costumbre entre reyes y nobles de aquel tiempo y sin que los futuros esposos se hubieran visto nunca ni dado su parecer y los dos reinos firmaron la paz en 1339. Pasaron cuatro años y se estableció que los esposos debían verse y comenzaran la vida en común para tener descendencia que perpetuara esta distanía de reyes.
De este modo Pedro I acompañado de un gran séquito y muchos regalos se encaminó para conocer a Constanza la que ya oficialmente era su esposa desde hacía ya cuatro años. Durante el encuentro ocurrió un imprevisto, en vez de admirar la belleza de Constanza, Pedro I se quedó prendado de unos ojos azúles, era Inés de Castro, la dama de compañía de la infanta Constanza. Aunque su matrimonio con Constanza siguió adelante, Pedro I convirtió a Inés de Castro en su amante con la que tuvo cuatro hijos.
Sobre 1345 Constanza murió al dar a luz al último de sus hijos por lo que Pedro I se vió libre de ataduras y quiso convertir a Inés en su esposa pero se encontró con la negativa de su padre Alfonso IV que ya le tenía otra infanta real preparada para concertar otra boda. Pese a ello Pedro I se casó en secreto con Inés y se instalaron en Coimbra donde vivieron felices con sus hijos. No obstante, Alfonso IV por razones de estabilidad política con otros reinos decidió condenar a muerte a Inés y mandó a tres cortesanos muy fieles para que la degollaran, hecho que realizaron y en presencia de sus hijos mientras Pedro estaba ausente.
Este asesinato desato contienda entre Pedro I y su padre, Portugal se dividió en dos y se desató una guerra civil durante la cual Pedro I fue apodado "el príncipe justiciero" pues mandó matar a los tres asesinos de su esposa aunque uno logró escapar. En 1357 murió Alfonso IV y Pedro I asumió la corona de Portugal y fue entonces cuando mandó exhumar los restos de su esposa Inés de Castro, mandó vestirla con ropajes reales y la sentó en el trono a su lado y la coronó reina de Portugal. Todos los asistentes, invitados y cortesanos tuvieron que arrodillarse y besar la mano de la reina cadáver recién coronada. También mandó construír dos tumbas talladas a mano que son obras de arte funerario gótico, con dos estátuas yacentes con los pies contra los pies para que al llegar el día de resurrección en el juicio final, sus miradas volvieran a encontrase nuevamente al levantarse.
Un extraño y único reinado póstumo
Dochanlu Rivalidades especiales que dan lugar a curiosas situaciones.
En esta esfera tampoco faltan las intrigas, tristezas, luchas y excentricidades....Saludos
Curiosa historia....Saludos
Y las cosas que no se conocerán..., muy buen artículo sobre la intrincada historia. Un saludo.
Una historia en verdad complicada e interesante. Saludos
Una terrible historia, pero muy típica de aquella época. Saludos
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