Síndrome de Stendhal de Florencia o estrés del viajero
El síndrome de Stendhal que también es conocido comosíndrome de Florencia o estrés del viajero, es una poco conocida enfermedad del tipo psicosomática que causa un alto ritmo cardíaco, confusión, vértigo, temblor, palpitaciones, en mucho de los casos depresiones y alucinaciones, sobre todo cuando el individuo es expuesto a obras de arte, y en especial cuando estas son muy bellas o cuando están expuestas en gran número en un mismo lugar.
El síndrome de Stendhal más allá de lo clínico como enfermedad psicosomática, el síndrome de Stendhal se ha convertido en un referente de la reacción romántica cuando ante la acumulación de belleza y la exuberancia y el goce artístico.
El síndrome de Stendhal, se denomina así por el famoso autor francés Stendhal del siglo XIX, conocido por el seudónimo de Henri-Marie Beyle, quien dio una primera descripción detallada del fenómeno que experimentó en una visita a la basílica de Florencia, en Italia, y que más tarde publicó en su libro Un vilán a Reggi.
Aunque ha habido muchos casos de gente que ha sufrído vértigos y desvanecimientos mientras visitaba y veían el arte en Florencia, desde el principio del siglo XIX en adelante, no fue descrito como un síndrome hasta el 1979, por la psiquiatra natural de Italia Graciela Magherini. Ella fue la que observó y describió más de cien casos similares entre turistas y visitantes en Florencia.
Curioso síndrome capaz de volver a la gente histérica. Saludos.
Hoy en día ya hay un nombre para todo.... Saludos.
Muy,muy interesante!!!!! Saludos.
Dochanlu Estamos lejos de Florencia pero no del estrés provocado por tanta belleza que hallamos en los caminos de la vida. Salud y saludos. Wenceslao.
Curioso ver que hay síndromes para todo. La belleza o lo que consideramos cada uno de manera personal como bello en todas sus manifestaciones es lo que pone los pelos de punta y hace que las emociones más intensas afloren.
A mi la belleza no me estresa, la disfruto con un goce intimo y maravilloso. Saludos
La belleza nos rodea. Una bonita canción, un buen libro, un paisaje, el sonido de un pájaro, el rugido de tu moto favorita, un canastón de un jugador de baloncesto, un gran gol o la propia plasticidad de una gran jugada, hay belleza en la bondad y generosidad de la gente, en un precioso edificio, un bonito rostro, un gran cuadro, una expresión, un gesto, un susurro..... La belleza es tan infinita como importante es saber disfrutarla y apreciarla.
Seguir a Wenceslao!
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