Un cuarto de las mujeres del mundo entero afirma tener la piel sensible. El problema puede ser genético, consecuencia de los hábitos incorrectos como exponerse demasiado al sol, fumar o llevar una dieta adecuada, o bien una reacción de la dermis ante la saturación de cosméticos.
Aplicar cremas varias veces al día, sin permitir que la primera capa sea absorbida normalmente, puede obstruir poros y aumentar la proliferación de bacterias. Para evitar que esto suceda, los profesionales recomiendan limitarse a la humectación diurna, al filtro solar y a la crema de noche (especifica para cada edad) o a las sustancias con ácidos, si es que se está en tratamiento. Hay que recordar que, en belleza, la cantidad no hace a la calidad.
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