El río Hudson alberga en sus aguas la isla Pollepel, también conocida como isla Bannerman y en ella se encuentra el castillo abandonado que fue diseñado por el último propietario. Esta pequeña isla tiene unos 80 kilómetros, la mayoría es de roca pero también presenta una hermosa vegetación desde donde destaca la silueta de lo que fue un bello castillo. Esta construcción sirvió en otro tiempo de almacén para guardar excedentes militares y donde aún se pueden ver las letras de "Arsenal de la isla Bannerman".
Francis Bannerman fue un escocés que emigró con toda su familia a Estados Unidos en 1854 y muy pronto empezó un negocio de excedentes militares comprando armas y explosivos sobrantes de diferentes guerras, tanto de la guerra civil americana como armas del gobierno español tras evacuar Cuba, entre otras contiendas. Por medio de catálogo vendía por correo armas a coleccionistas lo que hizo que su negocio muy rápidamente prosperara.
Bannerman compró la isla en 1900 ya que el almacén de Nueva York se le quedó pequeño ya que tenía almacenados más de 30 millones de cartuchos y armas de todo tipo. Diseñó personalmente el castillo visible desde la orilla del río que así le servía de publicidad pero poco antes de que las obras terminaran murió de repente. Tras la muerte de su propietario todo fueron desgracias pues en 1920 durante una tormenta un rayo cayó en una bandera provocando un incendio que terminó con una gran explosión del material que se almacenaba destruyendo los techos del castillo.
Poco más tarde el ferry que conectaba la isla con la tierra firme se undió causando numerosas muertes y el gobierno no quiso ponerle sustituto por lo que el castillo y la isla se quedó totalmente abandonada. En la actualidad existe la Bannerman Castle Trust, una organización que se preocupa del mantenimiento y pretende contribuir a la recostrucción del castillo organizando visitas guiadas y los beneficios que se consiguen serán destinados a este proyecto. Lo que se pretende es que esta bella isla recupere el esplendor que en otro tiempo proporcionaba al río Hudson.
Pues es una lastima porque es un castillo precioso o lo era........ Saludos
Una historia increíble...Saludos
Un incendio que acaba con una construcción hermosa, pero también con un negocio que no lo fue tanto... saludos.
Interesante historia y un bonito, mejor bonitas ruinas. Saludos
Una historia llamativa y curiosa. Las guerras también generan negocio.
Esperemos que se acabe la mala suerte de la isla y el castillo. Saludos
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