En un estudio comparativo de Chile respecto de los países de la OCDE, realizado por Expansiva UDP, se analizaron cerca de 50 indicadores en más de doce áreas temáticas
El análisis evidenció que Chile está en el primer quintil de los países de la Organización en la mayoría de las variables estudiadas; por ejemplo, en ingreso por habitante nos encontramos en los últimos lugares, junto a Turquía y México. Sólo en algunos casos estamos en el segundo quintil. Así, se desprende que, en promedio, los países de la OCDE tienen mejores estándares en los indicadores del desarrollo económico, social y medioambiental.
Este análisis se torna particularmente relevante si se piensa que el ingreso de Chile a la OCDE es una oportunidad para definir una meta ambiciosa y compartida a nivel país, la cual es hoy una condición necesaria para dar un nuevo impulso a la competitividad y lograr el anhelado salto al desarrollo. De esta manera estaremos generando un nuevo benchmark para comparar el desempeño del país, lo que permitirá visualizar con claridad las brechas que necesitamos cerrar y las estadísticas que determinarán los avances o retrocesos.
Una situación parecida vivió España en 1986 cuando entró a la Comunidad Europea, ingreso que se convirtió en un punto de referencia de los asuntos internos, lo que facilitó su convergencia política y económica con los países de su entorno, impulsando lo que los propios españoles suelen denominar «la mayor transformación y modernización de su historia». De la misma manera, Chile tiene ahora la oportunidad de usar los estándares de la OCDE en una amplia gama de indicadores para crear puntos focales en los debates políticos.
El avance de nuestro país en el marco de la OCDE y con miras a concretar el desarrollo depende hoy de que seamos capaces de generar las capacidades que nos permitan desenvolvernos con dinamismo en una economía globalizada: educación de calidad, innovación, infraestructura competitiva y eficiencia energética. A la vez, el incentivo de la productividad precisará eliminar las barreras de entrada de los mercados de bienes, poseer sistemas financieros sólidos y mercados laborales flexibles. En el ámbito social, será necesario proteger mejor a los ciudadanos frente a los cambios que trae el desarrollo.
Paralelamente, la renovación del sistema político será un tema inminente, al considerar que todos los países desarrollados han priorizado el fortalecimiento de sus instituciones para dotarlas de visión estratégica, contrapesos, competencia electoral y transparencia
Fuente: blogs.lasegunda.com
Marshall, Jorge
Director Instituto de Políticas Públicas
Expansiva UDP
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